Cada mañana al despertarme me gusta abrir la ventana para airear mi habitación y me quedo unos dos minutos mirando el cielo, ya que siempre me encuentro con un bonito amanecer. Algunas veces amarillo, otras rosa, incluso en unas ocasiones morado. Últimamente le hago una foto todas las mañanas antes de irme al instituto para ver los diferentes colores que hay cada día y por la tarde la comparo con las de días anteriores. Aunque no lo parezca, es muy entretenido y relajante.
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