jueves, 7 de octubre de 2021

A LA MANERA DE NIEPCE.

 


Estoy entre cuatro paredes, una de ellas tiene una ventana, donde todos los días lo que se muestra varía. Hay días que se dibujan las nubes, a veces esponjosas y otras veces grises; por donde se cuelan los rayos de sol, donde todas las tardes se ve el cielo anaranjado y las cuales de vez en cuando se llenan de gotas de la inesperada lluvia. Por las noches el dibujo se mantiene descansando y lleno de colores fríos que pintan la noche. No hay coches, no hay gente y el gran árbol que se observa a través de la ventana no tiene el vivo color que le da el sol.

Se observa el mundo desde arriba, lo que te permite darte cuenta del paso del tiempo, el movimiento de la ciudad y todo lo que ocurre a nuestro alrededor y de lo que muchas veces no somos capaces de ver y analizar con detenimiento.

Ese lienzo me permite salir de las cuatro paredes y ver todo desde otra perspectiva.


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