La publicidad subliminal tal y como hoy la conocemos se remonta a 1957, cuando James Vicary realizó un experimento consistente en incluir uno o dos fotogramas por segundo de una marca que se quería publicitar en el que se decía “Come palomitas” y “Bebe Coca-cola” en el metraje de una película. Estas imágenes que, aunque aparecieron impresas en los fotogramas no fueron percibidas por el espectador de manera consciente, hicieron que las ventas de Coca-Cola y palomitas se incrementaran en un 18% y 58% respectivamente.
La publicidad subliminal en principio parece una forma inteligente de vender sin que el consumidor se resista, pero la realidad hace que esto no sea ni tan bonito ni tan fácil. Hay que aclarar que los códigos deontológicos publicitarios tienen prohibido usar esta clase de publicidad.
En España la publicidad subliminal no está permitida
En el caso español, la Ley General de Publicidad de 1988 incluyó la publicidad subliminal en los tipos no legales.
Algunos Tipos de Publicidad Subliminal
Los ejemplos de mensajes subliminales los podemos encontrar de distintos tipos, cualquiera de ellos lo que busca es intentar manipular el subconsciente de una persona para que haga o consuma lo que el anunciante quiere, influir en las emociones que se sienten a través de esa publicidad subliminal o fijar ciertas imágenes en la mente que refuercen lo que se quiere proyectar.
Imágenes escondidas:
Se trata del uso de figuras o imágenes camufladas en el contexto de otra imagen.
Ilusiones visuales:
Se juega con las líneas de las imágenes y los espacios para conformar figuras distintas que evoquen pensamientos diferentes.
Doble sentido:
Son imágenes que tienen un significado pero que dan a entender otro distinto.
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